sábado, 15 de septiembre de 2012

COMO NACIERON LOS WAYUU






Los wayuu nacieron de JEPIRESH (el viento del nordeste) y de IWA (diosa de las lluvias).
Según el investigador Eden Vizcaíno en su libro sociología del derecho wayuu, existe una concepción mítica sobre la existencia de los wayuu, para los wayuu existió la gran madre (noche) y el gran padre (la claridad del cielo). Este tuvo dos hijos gemelos: el sol (KAI) y la luna (KASHI); la gran madre también tuvo dos hijos mellizos: la tierra (MMA) y el mar (PALAA). Con estos elementos primarios comienza el origen de la creación. Son jóvenes de naturaleza opuesta, pero en si lleva el principio de la creación. El sol tiene que ver directamente con todas las cosas de la naturaleza. El sol fecunda el mar y el hijo del mar que es la lluvia (JUYA) fecunda a la tierra, de la cual surgen todas las generaciones, mientras la luna preside la esencia de la fecundación sin poder hacer nada, entonces las profundidades de la tierra germinan las semillas, en sus concavidades surge, dando origen a las palabras que son hijas incestuosas de la lluvia y la tierra, las plantas y nosotros dependemos directamente de JUYA.

EL FUSIL DE JUYA





En la alta Guajira aprovechan todos los recursos de la tierra. Con los frutos de los cactus se preparan deliciosas bebidas y aún licores de buena calidad y sabor, dejándolos fermentar, generalmente en vasijas de barro. El Wayúu, en su agradecimiento a Juyá (el Dios de la lluvia, o Dios en general, también llamado Maleiwa), que genera las cosechas, el verdor de la tierra y que pone gordos a todos los animales, le brinda tragos cuando descansa en las horas postreras del día, tomando de su nuevo licor.
Una vez unos hombres tomaron mucha bebida fermentada, de manera que quedaron ebrios. Antes de tomar cada trago, elevaban su totuma y ofrecían un trago a Juyá. Al final de la noche, habían bebido tanto, que también Juyá se encontraba un poco mareado. Aturdido como estaba, marchó al cielo su casa, y dejó olvidado su fusil en la tierra de los Wayúu.
Al día siguiente un Wayúu encontró aquél aparato enorme: un fusil antiguo como de doce metros de largo. No pudo levantarlo para llevarlo consigo y enseñarlo a su familia, de modo que se fue a su casa, solamente diciendo que había encontrado el fusil de Juyá en una llanada. Con mucha curiosidad, los Wayúu se levantaron para ir con él para ver un objeto tan curioso, pero la lluvia los detuvo, con mucho viento y truenos. Remolinos de agua se agitaban por todos lados, de modo que regresaron a sus casas atemorizados: Era Juyá que había vuelto un poco molesto a recoger su fusil. Por la mañana, después de una larga noche de aguacero, volvieron a ver si lograban avistarlo, pero no encontraron más que una inmensa laguna de forma muy alargada, de varios cientos de metros de extensión. Allí está y ahí pueden contemplarla, es la laguna del fusil de Juyá. Todos los años, en la temporada de lluvias se llena de agua, cuando Juyá viene a marcar el ciclo del maíz, de los frijoles y de los pastos, a engordar a los chivos, los ovejos, los burros y los caballos, y a llenar de alegría a los Wayúu.


Relatado por Segundo Ipuana (Segundo González).

lunes, 20 de agosto de 2012

LA LENGUA WAYUU



El wayuunaiki (guajiro), miembro de la familia lingüística arawak, es la lengua básica de la etnia wayuu de más de 300.000 personas que viven en la desértica
Península de La Guajira del noreste colombiano y del noroeste venezolano y en sus alrededores. Este pueblo orgulloso es pastoril y su economía depende principalmente de sus animales. Hay algunas diferencias dialectales, pero estas son mínimas y no impiden la comunicación entre los wayuu de cualquier parte de la región. La presente obra tiene su origen en mis estudios lingüísticos por muchos años del wayuunaiki, especialmente en el municipio de Uribia, del departamento de la Guajira en Colombia.