
Los wayuu nacieron de JEPIRESH (el viento del nordeste) y de IWA (diosa de las lluvias).
Según el investigador Eden Vizcaíno en su libro sociología del derecho wayuu, existe una concepción mítica sobre la existencia de los wayuu, para los wayuu existió la gran madre (noche) y el gran padre (la claridad del cielo). Este tuvo dos hijos gemelos: el sol (KAI) y la luna (KASHI); la gran madre también tuvo dos hijos mellizos: la tierra (MMA) y el mar (PALAA). Con estos elementos primarios comienza el origen de la creación. Son jóvenes de naturaleza opuesta, pero en si lleva el principio de la creación. El sol tiene que ver directamente con todas las cosas de la naturaleza. El sol fecunda el mar y el hijo del mar que es la lluvia (JUYA) fecunda a la tierra, de la cual surgen todas las generaciones, mientras la luna preside la esencia de la fecundación sin poder hacer nada, entonces las profundidades de la tierra germinan las semillas, en sus concavidades surge, dando origen a las palabras que son hijas incestuosas de la lluvia y la tierra, las plantas y nosotros dependemos directamente de JUYA.
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